depresión

 

La depresión y la ansiedad son dos de los problemas más frecuentes en la salud mental, que incluso, pueden darse al mismo tiempo. Según la Organización Mundial de la Salud, se calcula que la depresión afecta a más de 300 millones de personas a nivel mundial.
Pero cabe resaltar que cuando hablamos de tristeza, no siempre hablamos de depresión, ni cuando hablamos de ansiedad, hablamos de trastorno. La depresión es un cuadro psicopatológico que se encuentra dentro de los trastornos del ánimo o del humor u afectivos. Entre las características generales de este trastorno se visualiza la presencia de un ánimo triste, vacío o irritable, acompañado de cambios somáticos y cognitivos que afectan significativamente a la capacidad funcional del individuo. Dentro de esta clasificación, varían en su denominación dependiendo de algunos factores como la temporalidad, la etiología y la duración.
En cuanto a la ansiedad, es un mecanismo defensivo que seguramente hemos experimentado en algún momento de la vida. Se ve caracterizado por el miedo que deviene como una respuesta emocional ante una amenaza inminente, real o imaginaria; y también por la ansiedad en sí misma que es una respuesta anticipada ante una amenaza futura. Existen variaciones dependiendo de la frecuencia con la que se presentan en la persona, también del objeto o situación que dispara esta respuesta y también según la cognición que se asocia.
Para hablar de trastorno, se deben contemplar ciertos criterios como la frecuencia con que aparecen, la etiología, la duración, entre otros. Los manuales como el DSM-V y CIE-10 incluyen descripciones certeras sobre diversos trastornos, lo que colabora con el profesional al momento de obtener un diagnóstico, propiciando el tratamiento adecuado.
Existen algunas pruebas psicométricas que ayudan al profesional además de la evaluación diagnostica, entre ellas, una de las más utilizadas en depresión es el Inventario de Depresión de Beck (BDI-II). Este es un cuestionario autoadministrado, y evalúa la severidad del estado de la depresión en adultos y adolescentes.
Además del BDI-II, encontramos el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) que es un cuestionario que mide la ansiedad. Según algunas investigaciones, y en palabras del profesional entrevistado, tanto BAI como BDI-II son dos de las pruebas más utilizadas ya que cuentan con una fundamentación teórica de larga trayectoria, más de 40 años de investigación y gran cantidad de estudios realizados que comprueban su confiabilidad y validez.
Por otro lado, están el Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI) y el Inventario de Depresión Estado-Rasgo (IDER), ambos brindan información sobre los rasgos de la persona en ansiedad y en depresión. Se pueden utilizar a partir de la adolescencia, y son auto aplicables.

Son muchas las pruebas que el psicólogo tiene como herramienta. Lo importante es destacar que, y en base a la información recolectada en la entrevista al profesional, no siempre son necesarias. Si bien son recursos con los que cuenta un psicólogo, así como un médico realiza análisis de sangre para evaluar a un paciente, el psicólogo cuenta con estas pruebas psicométricas que son herramientas objetivas y complementarias a la evaluación clínica, pero dependerá de cada caso su utilización o no.

Autores: Gabriela De la Ossa, Alía Reyna, María de las Mercedes Viceconte
Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión de esta Universidad.

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