La noche del 27 de noviembre realizamos un “Live” en Instagram titulado “¿Qué hay detrás?”, acerca del alcohol (adicción) y la alimentación (trastornos de la conducta alimentaria – TCA). Exploramos lo que implican, estadísticas, pruebas y conclusiones.
Consideramos estos temas esenciales, pero a pesar de la importancia que tiene y todo lo que implica, sigue siendo en nuestro país un tema tabú que conlleva cierta vergüenza.
Ambos temas se vinculan porque:
- Son multifactoriales: interactúan factores hereditarios, de crianza, rasgos de la personalidad e incluso otros trastornos en el paciente.
- Ambos suelen ser utilizados como herramienta de afrontamiento (como consuelo, por ejemplo).
- A diferencia de lo que se suele pensar, no son problemas sino síntomas de problemas ya existentes.
- Es una gran influencia la que tiene el contexto social sobre el surgimiento de estos trastornos.
Lastimosamente, no existen investigaciones en el país en cuanto a estos temas, por lo que hay muy pocas estadísticas oficiales y actualizadas, pero podemos resaltar algunos datos mencionados por las psicólogas María Ángela Rodríguez (alcohol) Y María Eugenia Despaigne (alimentación).
Dentro de las adicciones, el alcohol es la droga más consumida en Panamá, el cual ocupa uno de los primeros lugares entre los países de América en el consumo del alcohol. La población que con mayormente consume esta sustancia se encuentra entre las edades 18 y 50 años.
Existen diversas pruebas para evaluar los problemas con el alcohol, como el AUDIT, CAGE y el Cuestionario Breve para Alcohólicos (CBA), recordando que se utilizan sólo como medio, mas no como fin. Por esto, se utilizan también otras herramientas para evaluar temas fuera del consumo del alcohol, como los rasgos de la personalidad, indicadores emocionales, la depresión y la ansiedad, para mencionar algunas.
Los TCA se ven desde la adolescencia (12-13 años de edad), aunque existe una minoría de casos desde los 9 años de edad. En los adolescentes se suelen presentar más la anorexia y la bulimia, mientras que en los adultos se suele ver más el trastorno por atracón o binge eating. Afectan en mayor medida a la población femenina en Panamá y países como España y México; sin embargo, desde hace unos años ha habido un mayor registro de casos de varones, por lo cual se ha ido disminuyendo esta brecha.
Despaigne no suele ser tan rígida al evaluar o diagnosticar estos, por lo que no utiliza una prueba en específico. Sin embargo, investigamos acerca del Cuestionario de Actitudes hacia la Comida (EAT – 40), a través del cual se detecta a las personas con riesgo de padecer un TCA.
A modo de conclusión, quisiéramos dejar claro que hay en Panamá muy pocos especialistas e investigaciones en estas áreas, y que estos temas se trabajan mejor desde la prevención y desde la psicoeducación, por lo cual los motivamos a involucrarse más y a hablar más de estos temas de suma importancia en nuestro contexto nacional.
Por: Muskaan Lakhwani, Yelena García, Anna Laura Peters, María Alejandra Case – Estudiantes de Psicología