El coronavirus obligó al mundo a transformarse en cuestión de meses. Entre esas transformaciones, en el campo educacional fue preciso adoptar un conjunto de cambios radicales para alcanzar nuevas formas de transmitir conocimiento; la USMA no escapó a ello; de la noche a la mañana, y justo en el año de su aniversario 55, esta Casa de Estudios, basada en la impartición de saberes de modo presencial, debió migrar a la virtualidad.

Con este paso se hace imprescindible tomar en cuenta los aportes que a este campo ofrecen las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, para hacer de ellas el recurso didáctico esencial en el marco de la nueva realidad, en la que el aula virtual se convierte en la norma para el proceso enseñanza-aprendizaje. Con el objetivo de asegurar la eficaz transferencia de conocimientos bajo estas condiciones, los simuladores destacan entre las herramientas con más potencial de apoyo en las tareas docentes, en particular en el currículo de las ciencias básicas y programación en Ingeniería.

Los simuladores son propicios para los tiempos que enfrentamos, en donde la restricción de la movilidad y el distanciamiento social se erigen como requisitos para el desenvolvimiento de todos. Como su nombre lo indica, un simulador permite recrear situaciones de manera virtual, facilitando la inferencia de resultados con fines formativos para el estudiante.

Aunque puede resultarnos un concepto avanzado y específico para las aulas escolares de distintos niveles, los simuladores son parte de nuestro diario vivir desde hace ya algún tiempo. En sus principios se basan los videojuegos, los tableros digitales e interactivos, las aulas digitales, las salas de sistemas, los BankGames, los laboratorios de idiomas, simulación de gestión, entre otros, los que vienen a brindarnos experiencias virtuales.

Hoy está fuera de duda la efectividad de los simuladores en el salón de clases, al permitir versatilidad en las exposiciones y un mejor aprovechamiento del tiempo, puesto que su empleo asegura la proximidad del estudiante a entornos relativamente similares al trabajo de campo.

En un estudio de casos realizado por la Universidad de Málaga, por ejemplo, sobre el uso de un simulador para facilitar el aprendizaje de las reacciones de óxido-reducción, arrojó que el 62% del alumnado consideró que preferían el estudio del proceso redox mediante las herramientas TIC; el 62.5% afirmó que las TIC empleadas resultaban beneficiosas para las clases y el 59% estaba de acuerdo con el hecho de que las TIC son más efectivas que la clase tradicional.

En la USMA, los simuladores se han convertido en parte de la formación, en materias como Química II. La profesora Magalis Clarke, comenta que la Química es una materia cuyo laboratorio capta la atención de los estudiantes, ya que llegan a la clase pensando qué pueden mezclar y qué reacciones son las más interesantes.

Sin embargo, en un momento como el que se vive actualmente, captar la atención del estudiante, a la vez que se asegura el aprovechamiento de las jornadas de formación virtual, es un objetivo muy preciado para todo educador. No puede ser de distinta manera, como señala la profesora Clarke, quien ha encontrado simuladores para cumplir con los programas bajo su responsabilidad, todos de manera gratuita. Entre ellos están:

· PhET Interactive Simulations, con el que se ha podido realizar modelado de moléculas.

· Laboratorio Virtual de Salvador Hurtado, con prácticas como la de Curva de Calentamiento y Valoraciones ácido-base.

Con el uso del simulador virtual es posible el manejo de conceptos abstractos de una forma llamativa para el estudiante, ya que permite simular los procedimientos y técnicas llevadas a cabo en los laboratorios tradicionales, permitiendo al estudiante hacer uso de las nuevas tecnologías y en ocasiones en situaciones difíciles de imaginar, favoreciendo al estudiante al permitirle recibir directamente el conocimiento y a los docentes tener una herramienta comprobada de buen impacto que permite desarrollar estrategias agradables para la enseñanza de la química con estudiantes motivados y comprometidos por comprender la ciencia.

Estas prácticas son solo ejemplos de la gama de simulaciones que se pueden utilizar como apoyo a las clases de laboratorio. Los estudiantes han sido muy receptivos a estos aportes, y así lo señalan algunos de ellos:

Daniela Quiroa (Ing. Industrial Administrativa)

En el transcurso del segundo cuatrimestre de mi primer año en la USMA hemos realizado laboratorios virtuales en la materia de Laboratorio de Química II. Estos han sido de gran ayuda para todos los estudiantes. Los laboratorios virtuales me han ayudado a no retrasar mis estudios en los laboratorios presenciales si no a seguir y encontrar una solución, a pesar de las dificultades.

Denis Guerra (Ing. Industrial Administrativa)

En lo personal mi experiencia con los laboratorios ha sido buena, aunque las experiencias sean virtuales, podemos aprender algo, me parece una buena estrategia a las experiencias, pues en tiempos difíciles hay que buscar soluciones. La única dificultad que realmente encontramos ha sido descargar los programas, dado que algunas computadoras dan algo de problemas al principio, y hay que otorgar permisos para que se puedan utilizar, pero después de resolver ese problema, logramos adelantar y avanzar.

María de Lourdes Amor (Ing. Industrial Administrativa)

Soy estudiante de primer año en la carrera de Ingeniería Industrial Administrativa y, a pesar de la situación por la pandemia y los inesperados cambios, puedo decir que mi experiencia con los simuladores ocupados en la materia de Laboratorio de Química junto con los esfuerzos incansables de mi profesora, me han permitido experimentar, de un modo parecido, los procesos que se debían desarrollar en el laboratorio, desde casa.

Juan Manuel Serrano (Ing. Industrial Administrativa)

Durante este tiempo de pandemia, la profesora Clarke ha logrado encontrar la forma de dar una clase completamente práctica a distancia, mediante simuladores de laboratorio, en la materia de Química, lo que nos permite aprender y aplicar conocimientos adquiridos. No es igual al estar en un laboratorio de forma física, ya que en el laboratorio presencial se pueden cometer errores de los cuales se aprende, pero los simuladores nos dan una experiencia muy cercana a la realidad.

No existen discrepancias en cuanto a la permanencia de los cambios que ahora se experimentan con el aula virtual, y entre estos, los simuladores se han posicionado como una de las herramientas más eficaces en manos del docente creativo, una cualidad que en la USMA prevalece.

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