soledad

En mis dos artículos anteriores: Cómo Dios se manifiesta en los días oscuros y Jesús es mi amigo fiel, he manifestado que nunca debemos de sentirnos solos, a pesar de encontrarnos en momentos difíciles por la pérdida de un ser querido.

En este artículo quiero manifestar que la soledad en momentos de duelo es un proceso muy doloroso, pero nunca deben olvidar la presencia de nuestro amado Dios en la vida de cada uno.

Es normal que, a veces, la persona se sienta sin fuerzas, al no tener una mano amiga, pero a pesar de enfrentar esa dolorosa crisis, es mejor depositar todas nuestras angustias en las manos de Dios, porque él en su debido momento nos dará la solución.

La familia y los amigos deben de jugar un papel importante cuando esa persona está atravesando una situación de duelo, pero hay veces que la familia y los amigos se alejan, considerando que hay que “dejar espacio”, o por otras razones menos nobles. Por eso nos debemos enfocar en el amigo aquel que nunca falla, que siempre está allí para escucharnos. Él nos dará las fuerzas que necesitamos para seguir adelante.

Por eso les digo, a pesar de haber pasado por extensos tramos de soledad en mi vida, no me siento sola porque sé que en cada momento está allí nuestro Dios y, junto a él, esos seres queridos que se anticiparon en el camino, nuestros ángeles que velan por nosotros en todo momento.

Por: Luzmila Quintana – Asistente Administrativa Relaciones con los Egresados – USMA

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión de esta Universidad.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

5 + = 9

error: Copyright ©. Universidad Santa María la Antigua