Hace unos días recibí la invitación de la profesora Adelaida González, directora de la USMA de Azuero, para compartir mi experiencia en docencia ecológica enlazada con la integración de los estudiantes usmeños, en los diversos proyectos ambientales desarrollados en la cuenca hidrográfica del río La Villa.

He querido plasmar en este artículo, mi historia de vida, esperando les guste, entusiasme e inspire a disfrutar de lo que aman hacer.

Desde niña estuve rodeada de educadores, maestros con pasión y vocación de servicio, valores que aprendí desde temprana edad. Recuerdo que en los meses de vacaciones vivía a la orilla del río donde, junto a mi familia, cultivé el amor por la tierra, descubrí la magia que existe en los procesos de la naturaleza, en la germinación, la reproducción de las plantas y la participación de otras especies en la dispersión de lo verde que nos rodea. ¡Es simplemente maravilloso!. Cuanta magia a mi alrededor veía en mi niñez, todo este encanto dio inicio a mi pasión por la naturaleza.

Al crecer seguía deleitándome con los procesos naturales, pero descubrí que en algunos momentos, en las actividades del campo, había muchos desperdicios, frutas y verduras que no se usaban, porque no tenían el tamaño y las características para la venta…Eran basura!! mi mundo se vino abajo, ¡tanta magia perdida!, ¿cómo es posible que tanto esfuerzo quede así? y fue allí cuando vi la oportunidad de utilizar estas frutas para elaborar duros y venderlos. En ese momento aprendí a darle valor a los desechos.

En otras épocas del año, llega a mi memoria aquel instante junto a mi madre artesana, aprendiendo a bordar y calar. En esos eventos había un componente que hoy es muy conocido, la reutilización. Sí! utilizabamos telas de otros vestidos o de cortinas para incorporarlos a una pieza final. ¡En aquel tiempo ya reutilizaba!

Al estudiar biología, reforcé todas esas experiencias con la naturaleza, comprendí lo complejo y maravilloso de los procesos naturales y descubrí que el conocimiento es clave para la conservación de nuestro entorno.

En mis inicios, como docente universitaria, buscaba siempre motivar a los estudiantes para que realizaran buenas prácticas en sus hogares y en la comunidad, los impulsaba a crear eventos y actividades académicas que a la postre resultara en la conservación

del planeta. Fue en esos días que surge la idea de reutilizar los residuos sólidos con mis estudiantes. Realizamos ferias y pasarelas de accesorios ecológicos confeccionados con residuos sólidos.

Al pasar los años supe que enseñar en un centros educativo no era suficiente y fue entonces que empecé a enseñar en otros escenarios: bancos, empresa privada, ONG, ministerios; siendo estos los inicios para organizarme como emprendedora ambiental.

Todos estos acontecimientos dieron origen a mi experiencia en docencia ambiental, son parte de mi historia, de mi propósito de vida y como todo propósito deseas comunicarlo a más personas para que cada ser humano sienta lo que tú sientes, en este caso: amor por nuestra casa común.

Cuando comunicas tu propósito te encuentras con amigos de tu infancia, ahora profesionales, con estudiantes que están dispuestos a dar el cien por ciento de su esfuerzo y talento y es en esos momentos cuando enlazas y sumas a los estudiantes de la USMA dispuestos a realizar su servicio social universitario con entusiasmo y pasión.

Cuando un estudiante se integra a nuestros programas ambientales, se da una simbiosis en beneficio de nuestra madre tierra. Los estudiantes lideran las actividades de los proyectos ambientales, donde siempre están presentes los componentes: Educación, Innovación e Integración.

  • Educación: inspirada en conocer, descubrir y crear buenos hábitos en beneficio de nuestras cuencas hidrográficas.
  • Innovación: a través de la creación de productos y metodologías enfocados en la reducción, reutilización y reciclaje de residuos sólidos.
  • Integración: sumando a nuestra familia verde a los diferentes actores comunitarios.

No puedo terminar este artículo sin contarles que disfruto lo que hago y que la mayor fuente de conocimiento está en ustedes, mis estudiantes.

Por: Edia Isibel Solís Corro – Directora de Sostenibilidad de Fundación Ideas Maestras y Docente de USMA Azuero

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