El Primer Congreso Centroamericano de Líderes Católicos se inició con una eucaristía presidida por el Cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, Gran Canciller de la Universidad Católica de Honduras. En su homilía señaló que la fe ilumina estos encuentros, “que no son simplemente parlamento, sino eventos iluminados por la Santa Palabra del Señor”.
El congreso fue organizado por la Red de Universidades Católicas de América Central (RUCAC), de la que forma parte la USMA, y que funciona como la instancia académica del Secretariado Episcopal de América Central.
El Cardenal Maradiaga destacó que, en el marco de los 200 años de vida independiente de las naciones centroamericanas, es importante mirar hacia atrás para recordar con gratitud lo que Dios y los próceres han hecho, para animar a los cristianos a seguir adelante.
El Dr. Fernando Sánchez, presidente de la RUCAC, dio a conocer la historia y los objetivos de esta red, la cual tiene un gran impacto en la región con las 5 universidades que la conforman, 25 sedes universitarias, los más de 33 mil estudiantes, 1,836 docentes, 112 programas de pregrado y 65
programas de postgrado.
Monseñor José Rauda, Obispo de San Vicente en El Salvador, en sus palabras de bienvenida recordó que para llegar a la independencia hubo un contexto eclesial y político que debe ser motivo de ponencias en un próximo congreso. Detalló que el papel de la Iglesia ha sido preponderante, estando siempre presente promoviendo los valores del reino para insertarlos en la cultura de los pueblos.
La conferencia inaugural titulada “Pasado, presente y futuro de la región, lecciones aprendidas”, estuvo a cargo del Dr. Gustavo Soto, desde Costa Rica. Abordó la presencia de la Iglesia a lo largo de estos 200 años, resaltando su contribución al proceso de independencia política, su papel en la educación, su aporte para enfrentar la pobreza, su rol en la construcción de la identidad nacional y su compromiso con la justicia social y la caridad.
El Dr. Soto indicó que el desafío pastoral y su cimentación bíblica es el punto de partida para abordar los grandes retos que debe afrontar la Iglesia en este bicentenario, como educadores católicos de la región centroamericana.
Hizo un llamado a continuar construyendo la “civilización del amor”, creadora del proceso de humanización en el que los ciudadanos deben estar sujetos a una afectiva promoción de la convivencia en sociedad y el encuentro pleno con Dios, “el Señor de la Historia”.
El Padre Miguel Ángel Keller, decano de la Facultad de Humanidades y Teología de la USMA, cerró el primer día del congreso regional con una reflexión y oración.
En el segundo día la primera exposición estuvo a cargo de la Dra. Marcela Paredes de Vásquez, exministra de Educación de Panamá, quien indicó que Latinoamérica enfrenta grandes retos, incluyendo pobreza y desigualdad.
Durante la sesión, los diferentes panelistas presentaron temas como la accesibilidad a la educación, la inversión estatal, la educación superior, resultados del aprendizaje, efectos de la pandemia y reflexiones para el futuro.
Se conversó sobre el rol de las universidades católicas en la educación y en la unificación de una visión con compromiso en los valores.
El congreso fue un espacio de promoción del evangelio y resaltó la importancia de la educación en nuestro presente y futuro.
El Ing. Carlos Ávila Molina, exembajador hondureño ante la Santa Sede, afirmó que los líderes deben hacer eco de la invitación del papa Francisco para construir un mundo fundamentado en el amor, la dignidad de la persona, donde la educación tenga una posición privilegiada y eso nos compromete.
Expresó que la educación es un acto de amor para que sus beneficios e impacto cubran a toda la población. Las familias necesitan líderes e instituciones educativas conscientes de que la preparación de los habitantes debe ocupar un lugar importante en su agenda de trabajo.
Hizo énfasis en que los líderes deben ser receptores de un fuerte proceso de convencimiento de la importancia de la educación, más allá de que es un deber de las familias asegurar que sus hijos reciban una educación que los prepare para valorar la vida y el amor, pues la educación es fuente de saberes, valores y cultura.
Llamó a los participantes a preguntarse cómo obligar al Estado a que valore e invierta en educación si primero no trabajamos en convencer a la ciudadanía de que esto es importante. Esto requiere crear esfuerzos y acciones para tener familias y comunidades dispuestas a participar activamente en el proceso educativo, ya no por obligación sino por convencimiento.
En el segundo y tercer día del congreso la Dra. Bárbara Barrios, directora de Relaciones Internacionales de la USMA, tuvo a su cargo la resonancia, comentarios y reflexiones en torno a dos conferencias, una de ellas la del panameño Víctor Chang, quien expuso que el liderazgo es servicio y es un reto vivirlo.
Compartió como claves del Liderazgo de la JMJ 2019, entender al “dueño” del proyecto, pensar en los objetivos como lo esencial, buscar a los mejores y planificar ágilmente, por lo que el líder debe tener conocimiento de sí mismo, ser ingenioso y amar. El primer congreso culminó con la Eucaristía a cargo de Mons. Rolando José Álvarez Lagos, Obispo de Matagalpa, Nicaragua.
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