La comunicación y las Relaciones Públicas ocupan, sin lugar a dudas, un lugar privilegiado en los diferentes sectores de la sociedad. El comunicador social deberá estar preparado y en capacidad de responder e identificar las necesidades de las organizaciones en tiempo de cambios inmediatos y permanentes; por ello, se afirma, se debe tener en cuenta los procesos y las relaciones internas, como principio básico para generar estrategias que conduzcan a lograr mensajes estructurados y contundentes, con una aire de solidaridad y sensibilidad de procesos, que integren al colaborador como actor principal en la ecuación, que respondan a resolver y apoyar la gestión organizacional a nivel gerencial, con el objeto de que sea entendido, compartido y apoyado, desde esos niveles.
Hoy, ante una situación tan especial, necesitamos comunicadores:
1. Que tengan un criterio formado, para analizar posturas, ideas y situaciones actuales, que llevan a cambios de cultura, de comportamientos, de nuevas formas de trabajar. Los tiempos cambian con rapidez, estamos envueltos en redes multidimensionales, en donde se dan varios procesos simultáneos, construyendo sentido propio y colectivo, encontrando reacciones propias de lo que se recibe.
2. Deben ser sensibles a las necesidades humanas, respetar los derechos y deberes de las personas, individuales y colectivas, en donde se construyen pensamientos e ideas que serán predominantes en los resultados de la organización.
3. Estar preparados para crear mensajes con criterio, que respondan a las necesidades actuales para buscar persuadir a diferentes públicos, apelando a la investigación y creatividad, formando una escalera para llegar a modificar conductas y comportamientos que exige una nueva sociedad, que por su parte está inmersa en el mismo proceso. Ese es el aporte desde nuestro quehacer profesional; comunicadores y relacionistas públicos debemos estar en la misma línea, conscientes de esos cambios, con la finalidad de crear y diseñar mensajes que sirvan para generar armonía, paz y tranquilidad.
4. Crear, desarrollar, permitir y tener sanas relaciones con los demás para que nuestra labor profesional sea más productiva; estar abiertos al entorno y especialmente a las personas, en este sentido, la labor se enriquece al ser más factible el logro de los objetivos propuestos, debido a que las personas estarán dispuestas a desarrollar, implementar y/o acompañar estrategias y lineamientos sugeridos por las organizaciones.
Por eso las Relaciones Públicas toman relevancia en nuestra sociedad. No importa el grupo al cual pertenezca, siempre prevalecen las “buenas relaciones”.
5. Hay que destacar la importancia de saber escuchar, que es permitir entender situaciones, ser empáticos, dar la oportunidad al otro que necesita su atención, es complementar procesos para el buen desarrollo, toma de decisiones; mostrar una actitud positiva y de respeto para entender a los demás, indicando que tenemos interés por sus sugerencias, aportes y comentarios.
Saber escuchar es la clave para desarrollar procesos de comunicación tanto asertivos como eficaces, que verdaderamente ayuden y aporten; a la vez, crea confianza mutua. Esta doble vía hace que se fortalezcan las buenas relaciones internas, mejorando la productividad, lo que llevará a obtener mejores resultados con el mismo equipo de trabajo.
Prof. José Luis González Matuk – Escuela de Comunicación Social – USMA
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