Pluma invitada

Corría el año de 1915 y la Primera Guerra Mundial seguía su curso sumando muerte y destrucción. En este contexto, un maestro de escuela convertido en soldado y enviado al frente ruso, añorando regresar a los brazos de su amada en Alemania, escribe un poema que con el tiempo se convertiría en canción. El nombre del soldado, Hans Leip.

Frente al cuartel delante del portón se alza una farola que aún sigue allí…

Es en ese lugar en donde volveremos a encontramos, de pie junto a la farola…           

Como antes… Lili Marleen…

No es hasta 1937, cuando el poema es publicado, que llama la atención del compositor alemán Norman Schulte. Una vez escrita la música, la canción sale al público en 1938 con el nombre de “La canción de un joven soldado de guardia”. Luego, es cambiada a “La chica bajo la farola”. Si bien en un principio la melodía no tuvo mucho éxito, era solo cuestión de tiempo para que se hiciera famosa por el nombre de la muchacha que aparecía en su letra: “Lili Marleen”.

Ambas nuestras sombras parecen una sola…

Y es que nos hemos querido tanto, algo que salta a la vista…

Toda la gente nos verá, cuando estemos nuevamente de pie junto a la farola…

Como antes… Lili Marleen…

Ya inmersa Alemania en la Segunda Guerra Mundial, en 1940 la canción es interpretada por la cantante alemana Lale Anderson. Y si bien no obtuvo las ventas esperadas, menos de 700 copias, su éxito estaba asegurado.

En 1941 una estación de radio en Belgrado, país ocupado por las tropas alemanas, comenzó a tocar la canción todas las noches justo antes del cierre de la estación. Los miles de soldados que la esperaban con ansias se vieron re ejados en su letra y la canción fue un éxito. Sin embargo, la misma causó disgusto y molestia al alto mando alemán, quien decía que la canción afectaba negativamente la moral de la tropa y ordenó se suspendiera su transmisión. La reacción no se hizo esperar, pues los soldados reclamaban la canción una y otra vez. Incluso, el mariscal Edwin Rommel, desde su comando en el Afrika Korp autorizó que fuera radiada. El alto mando alemán accedió, pero introdujo además una composición más al estilo “marcha militar”, la cual igualmente fue un rotundo éxito.

Conozco tus andares, tu particular forma de caminar…

Arde en mí toda la noche, aunque hace tiempo lo había olvidado…

Y deberá entonar una canción, quien se pare bajo la farola…

Contigo… Lili Marleen…

Pero el verdadero éxito estaba por llegar, cuando la actriz y cantante alemana Marlene Dietrich la añade a su repertorio. Entonces, más que una simple canción, se convirtió en un himno que rompió barreras geográ cas y culturales. Los aliados también la hicieron suya, fue traducida a 48 idiomas, fue tocada en cientos de emisoras, llevada a bordo de barcos de guerra, submarinos, cuarteles e incluso en las trincheras.

Más allá de la silenciosa habitación, más allá del suelo de esta tierra…

Veo como en un sueño tus amados labios…

Y cuando se despeje la niebla vespertina, estaré de pie junto a la farola…

Contigo… Lili Marleen…

Si bien la interpretación de Lale Anderson fue reconocida, la que hizo Marlene Dietrich fue espectacular. Aun hoy día hay quienes aseguran que al oírla les rompe el corazón. Fue considerada la canción popular más famosa de la Segunda Guerra Mundial, la canción que unió a miles de soldados en su esperanza de volver a casa, a los brazos de ese amor que también quién sabe, los esperaba debajo de una farola.

“Lili Marleen no fue una canción acerca de la guerra o de la victoria. Fue una canción que a oró emociones: tristeza, resignación, añoranza, amor, esperanza. Una razón para regresar a casa”.

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