pintura

Si hay algo que ha quedado registrado y documentado en el caminar del hombre sobre la faz del planeta, ha sido precisamente la supremacía sobre su compañera, la mujer. A través de todos los periodos en los que se ha dividido la historia y los acontecimientos que en ellos se han registrado, el hombre ha sido el actor principal, relegando a la mujer a ser simple espectadora. Ya sea en política, religión, ciencia o academia, profesión y ni qué decir, el mundo artístico.

Así en el mundo del arte, específicamente la pintura, muchos de los cuadros que fueron testimonio del dominio por parte de pintoras, fueron a propósito olvidados, escondidos y subestimados. Incluso al día de hoy muy pocas obras son conocidas y exhibidas, al punto de que, se calcula, unas 8,000 pinturas producidas por pintoras siguen guardadas en los depósitos de muchos museos.

Víctimas de estereotipos machistas, un mundo misógino y de un patriarcado artístico que las privó del merecido reconocimiento. De una sociedad hecha por el hombre para el hombre y de la época en las que les tocó vivir y exponer su arte. Algunas violadas, torturadas, humilladas, opacadas, cuestionadas, censuradas, rechazadas y silenciadas de manera consciente por pintores con los que les tocó competir. Encontradas muertas sin explicación e incluso registradas al momento de fallecer como: “sin profesión”. Algunas tuvieron que ver su talento y arte catalogados como demoníaco. Ver cómo, en su momento, lo que solo era motivo para ser pintado ya sea como modelo o musa, hermosas majas, bailarinas, desnudos o una representación de Venus, se convertía en protagonista, no fue bien visto.

Interesante el caso de Aurelia Navarro, pintora española, quien en 1908 participa en una exposición nacional en Navarra con un cuadro titulado “Venus en el Espejo”, obtuvo el tercer lugar a pesar de que la crítica le aseguraba el primer puesto. Pintó un desnudo, tema que “era arriesgado y reservado a los hombres”. No había lugar para la soberbia ni la independencia en el ideal de la mujer. Tal fue el descrédito familiar, que su padre la impulsó al ingreso del convento de las Madres Adoratrices, lugar en el que tuvo que abandonar su ambición creativa y asfixiar su talento. Se calcula que un centenar de sus obras siguen ocultas.

Sin un orden específico e independiente del estilo, técnica, periodo artístico, les presento algunas de estas maestras de la pintura. Artemisia Gentileschi, maestra en el manejo del claroscuro y considerada la primera pintora feminista de la historia. Sofonisba Anguissola, Rosa Bonheur, Berthe Morisot, Angelika Kauffman, Elisabeth Vigee Lebrun, Rosalba Carriera, Adelaide Labille-Guiard, Marie Guillermine Benoist, Elisabetta Sirini, Lavinia Fontana.

Si reconocemos que el arte es una condición que solo compete al ser humano tanto en su condición física como moral y espiritual, entonces no sería propio ese pensamiento de Bocaccio que relegaba a la mujer en cuanto a su expresión artística: “El arte es ajeno al espíritu de la mujer”. Por el contrario, estas grandes maestras de la pintura tuvieron la osadía de hacer algo que muchos pensaban era imposible e imperdonable: Ser libres.

“Si decido que puedo pintar esa flor de manera majestuosa, no podrás ignorar su belleza”. Georgia O’Keeffe

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Por DCI

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