En momentos de desventura abrazo la frase de Albert Einstein, “En medio de la dificultad, reside la oportunidad”. Y otras que me inspiran hoy compartir con ustedes.
“En todo caos hay un cosmos, en todo desorden un orden secreto”. – Carl Jung.
El orden y el desorden se necesitan el uno al otro, aunque son conceptos antagónicos, son al mismo tiempo, complementarios. Al punto que, un poco de desorden, de “caos”, posibilita un orden diferente y, a veces, más enriquecido. Dentro de cada situación de caos hay un principio de orden; transitar del uno al otro, trae implícito un cambio necesario para crecer y desarrollarse. Allí radica el proceso creativo de la vida, es ese camino que va del caos al orden, al que yo llamo, el camino resiliente.
“Cuando estamos tristes, desesperados, con sensación de gran fracaso, poder salir es nuestra fuerza, para eso necesitamos coraje”. – Rolando Toro Araneda
Ser resilientes es una capacidad que tenemos los seres humanos para atravesar problemas de gran dimensión, alzarse con coraje para enfrentar las adversidades de la vida y salir fortalecidos a partir de esa desafiante experiencia.
El término resiliencia, empleado desde hace tiempo en el campo de la física para indicar la capacidad de un material para recobrar su forma original tras ser sometido a altas presiones, fue posteriormente incorporado a la psicología, para designar como «resilientes» a aquellas personas que se adaptan a los cambios, transformando los problemas y situaciones estresantes en oportunidades.
En el momento actual de incertidumbre y cambios drásticos, la resiliencia debe ser tenida en cuenta por todo individuo y principalmente en las empresas. Personas y organizaciones resilientes serán aquellas que aprendan a sobrevivir, adaptarse y resurgir más fuertes; quienes tengan la capacidad de reinventar dinámicamente los modelos de negocio y estrategias a medida que las circunstancias cambian y es aquí, donde los líderes juegan un papel clave, modelando para cultivar actitudes resilientes, algunas como:
- Aceptación: reconocer la vulnerabilidad que nos habita.
- Flexibilidad ante el cambio: asumir que los cambios son parte inherentes de la vida y aprender a mirarlos como oportunidades de crecimiento
- Responsabilidad: implica, pasar de percibirse como “victima” de la circunstancia y responder con habilidad para incidir más directamente en los eventos que ocurren.
- Compromiso: mantenerse involucrado con la gente, sensible ante sus miedos y ansiedades para acompañar con empatía.
- Coraje: para desafiarse, sumergirse en el caos emocional y rescatar potenciales latentes, nuevas miradas a los modelos de acción existentes que conduzcan a la reinvención.
- Control: como líder de equipos (o autoliderazgo) ejercer influencia en los resultados y señalar el rumbo hacia la nueva visión de negocio.
Enseñar estas actitudes a personas con dificultad para ver en los problemas las oportunidades, o en la desgracia un aprendizaje, puede ayudar a proteger de profundos sentimientos de abandono, depresión, tristeza, minusvalía; mejor aún, favorecer la auto estima, auto confianza y auto eficacia contribuyendo a alcanzar el propósito personal y la sostenibilidad de los negocios.
Prof. Dayra Gutiérrez Turner – Psicóloga. Consultora de procesos humanos y bienestar empresarial. Docente USMA.
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