Recientemente recordamos la memoria de Madiba, Nelson Mandela que, más que un activista y político sudafricano, fue un líder carismático en la lucha contra la injusticia, la cual llevó adelante ejerciendo virtudes que lo distinguieron: el poder de seducción, la confianza en sí mismo, la perseverancia, la capacidad de trabajo, la valentía y la integridad.
En Sudáfrica existe una regla ética o filosofía enfocada a la lealtad con las personas y su manera de relacionarse: UBUNTU. La palabra proviene de las lenguas Zulú y Xhosa. Surge del dicho popular «Umuntu, nigumuntu, nagumuntu» que en Zulú significa «una persona es una persona a causa de los demás». Ubuntu es visto como un concepto africano tradicional.
Resumo el ejemplo típico así: ¡UBUNTU! ¿Cómo uno de nosotros podría estar feliz si todos los demás están tristes?
Tutu amplió la definición al decir que «una persona con «ubuntu» es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, y que se decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos.»
La realidad que confrontamos nos obliga a profundizar la reflexión personal y preguntarnos cómo podemos hacer para alejarnos de criterios individualistas a la hora de decidir nuestras acciones, abogando más por el trabajo en equipo, el respeto, cumplimiento del deber y la honradez. ¿Estamos realmente siendo solidarios? ¿Podemos garantizar que en nuestros actos prevalece la confianza, la comunidad, el cuidado de los otros, el espíritu de ubuntu?
Nelson Mandela hacía hincapié en que ubuntu no significa que la gente no deba mirar para sí mismos, sino que la cuestión es, si ellos van a hacer algo que permita que la comunidad mejore. Para él estas son las cosas importantes de la vida, y en sus propias palabras, «si nosotros como personas podemos actuar así, es algo muy valioso que debería ser apreciado». Ubuntu es una gran enseñanza que Sudáfrica aporta al mundo, una filosofía aplicable a muchos aspectos de nuestra vida.
Empecemos desde lo pequeño, una cosa a la vez, y seguramente sin darnos cuenta comenzará una revolución. Son tiempos de cambio, y somos nosotros, los que vivimos este punto de inflexión, los llamados a sentar nuevas bases, un nuevo orden, las reglas que empezarán a regir el futuro inmediato. Poco a poco, muchos se irán contagiando, pero no de CoVid, sino de querer vivir una vida más auténtica, a pesar de la obligatoriedad virtual que no podremos evitar, una vida más saludable y equilibrada. La ocasión es propicia para disfrutar de una mejor relación con uno mismo, con los demás y con el entorno. Disfrutar de una vida sencilla nos ayudará a reconocer nuestro potencial como seres humanos, hacia una cooperación efectiva y un bienestar común. Es indispensable. En recientes conversaciones con distintas personas, el tema común ha sido la conclusión de que el mundo no volverá a ser igual. La pregunta, ahora, sería ¿será mejor que antes? O simplemente ¿dejaremos que las cosas cambien y adaptarnos a lo que sea que resulte?
En Sudáfrica ubuntu sirve de lazo de unión entre las dispares culturas del país, los ideales del ubuntu abogan por un deseo de integración y aceptación de los unos a los otros a pesar del violento pasado. Las enseñanzas del ubuntu, sin duda, son beneficiosas y aplicables también en otros lugares del mundo, tanto en la vida cotidiana como en la búsqueda de soluciones alternativas a los retos que presentan los tiempos actuales.
Estamos en una época que necesitamos UBUNTU. Ahora más que nunca es importante aprender de las buenas prácticas de otras culturas y civilizaciones. Tenemos el conocimiento y la sabiduría, sólo tenemos que aplicarlo: ¿Hay o no hay voluntad? ¡Qué donde hay voluntad, hay un camino!
Prof. Arq. Miguel Ángel Barrera – Docente de la Facultad de Arquitectura – USMA
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