“¿Entonces, como ha de ser el artículo de largo?” “¡500 palabras, Profe!”. Parece que fue ayer, apreciada Ivonne, cuando tras el acto de Inducción para los nuevos profesores, justo a principios del cuatrimestre, charlábamos acerca de la posibilidad de que preparara un artículo para el Semanario de USMA, “Haciendo Universidad”.
Por supuesto, acepté encantado. Es un placer para un recién llegado a la U como yo que te inviten a expresarte con total libertad en el medio de comunicación propio del centro. Pero luego fueron pasando las semanas. La intensidad del curso, las urgencias (que tantas veces nos distraen de lo importante) y los mil compromisos que todos tenemos fueron demorando el sentarme a ordenar los pensamientos. Y así llegamos a la semana pasada, ya a punto de terminar el curso, y aún te debía el texto. Aquí tienes por fin esta breve reflexión a la que me comprometí aquél día.
Obviamente, Ivonne, no pretendo ni puedo narrar en este pequeño espacio del que disponemos todo lo vivido durante estos meses. Harían falta varias semanas publicando, y acabaría más de uno harto de mí, y reclamándote “mi cabeza”. Por tanto, me voy a centrar en lo emotivo, que como personas que somos, al final es clave para sentirnos bien en nuestra vida.
Así, quiero expresar mi más sincero agradecimiento a USMA en general. Por haberme hecho sentir parte de ella desde el primer día. Alguien – no muy sensible, desde luego – podría pensar que no hay nada que agradecer. Te contratan para una tarea determinada, trabajas para cumplir esa tarea, y te pagan por ello. Efectivamente, así es. Pero siendo eso cierto, también lo es que al final somos seres humanos, sociales por tanto, y el encontrarnos a gusto en el entorno laboral en el que nos desenvolvemos a diario es fundamental. Como sabe cualquiera que en algún momento de su carrera profesional no lo haya estado, para mantener la motivación, la ilusión, y en consecuencia las ganas de poner tu granito de arena para sumar al proyecto común.
Pero las instituciones las componen las personas. También la enorme calidad humana que he encontrado en prácticamente todas las áreas con las que he tenido contacto estos meses. Ha sido definitiva en mi caso para haber conseguido en tiempo récord hacerme sentir como en casa.
Obviamente debo comenzar por mi Facultad de CC. Sociales. Su directora, la Profesora Rosa Guizado. Ella fue la interlocutora por medio de la cual llegué a USMA, (cuestión por la que siempre le estaré agradecido, Profa.). En cuanto a Cristina y Vianka, mil gracias por vuestra paciencia, y enhorabuena por la eficacia!
Continuando con los responsables de la Universidad con los que en alguna ocasión he compartido charlas. Todos siempre atentos, y dispuestos a escuchar y colaborar en lo posible. Compañeros profesores, con los que no he tenido más que experiencias positivas, personal de recursos humanos, siempre atentas, cafetería (esos fantásticos licuados), o mantenimiento, que este fin de semana me entregaban un objeto personal que había extraviado en la Universidad, o mi buen amigo Edward…
En fin, la lista es obviamente muy larga, pero quiero concluir enviando un cariñoso abrazo a TODOS mis alumnos. Son el núcleo fundamental de cualquier centro educativo, aún más en USMA, y sin los cuales todo nuestro esfuerzo no tendría sentido. Las clases unas habrán sido unas más interesantes y otras menos, y tanto alumnos como Profe unos días habremos estado más o menos acertados o desconcentrados, todo eso es normal. Pero a nivel humano, me he encontrado con una inmensa mayoría de jóvenes que son muy buena gente. Jóvenes preocupados de su futuro, para el que en buena parte confían en nosotros como formadores. Les agradezco su esfuerzo a lo largo de todo el cuatrimestre. ¡Ya saben dónde me tienen!
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