Oriel

Hace un tiempo, Oriel Concepción presentó su solicitud para estudiar Comunicación Social. Indicó que ya había cursado una primera carrera y cuando verificamos su estatus nos dimos cuenta de que a quien atendíamos era un sacerdote.

Tuve el privilegio de atenderlo en uno de mis cursos. Como forma de que los estudiantes reflexionaran sobre el valor del ser humano, al final del cuatrimestre realizamos votaciones para elegir al mejor compañero o a la mejor compañera. En el salón de Oriel él fue el ganador, por abrumadora mayoría. Mi obsequio: un libro y un chocolate.

Los jóvenes tratan a Oriel como un compañero más porque así lo sienten. Por eso, no les extrañó que se incorporara al equipo que trabajaría en Premios Victoria. Fue la voz en off de la gala, que como siempre, les quedó espectacular porque es el resultado del trabajo en equipo de los estudiantes.

OrielOriel siempre ha sido un compañero más, sin acaparar la atención, sin opacar a nadie ni hacer gala de todo lo que sabe, porque sabe bastante y es un alumno distinguido.

Cuando le enviamos solicitudes de apoyo para que sea maestro de ceremonia de alguna actividad, Oriel siempre se organiza y saca tiempo para colaborar.

No ha perdido su esencia aquel niño que desde los 12 años tuvo que trabajar en los cañaverales de Veraguas para poder obtener ingresos con los cuales ayudar a pagar sus estudios, pues proviene de una humilde familia de Llano Grande de Cañazas. Conoce a fondo las duras faenas de los jornaleros, del rigor del frío y hambre.

Cuando debía hacer su Práctica III Oriel escogió periodismo, y fue asignado a un diario de circulación local. Llegó a la redacción para desarrollar con gran responsabilidad sus asignaciones. Nadie sabía que era sacerdote y él no lo dijo. Pero sin querer lo delató una compañera que también fue a practicar a ese medio.

En una amena conversación Oriel me contó que fue interesante escuchar lo que se hablaba de los curas.

Hace poco me escribió para darme la buena noticia de que fue designado director de Radio María. No tengo dudas del gran trabajo que hará.

Que sea sacerdote no lo hace diferente, pero sí sobresale por su humildad, sentido de responsabilidad, puntualidad, por su aplicación en los estudios, serenidad, su don de gente, su nítida expresión, capacidad para escuchar a los demás, de ser más dado a comprender al otro que a juzgarlo, siempre dispuesto para la acción, sin peros, sin excusas, con mucho ánimo.

Puedo seguir anotando cualidades pero sería extenso. La huella de Oriel es profunda, y todo lo hace sin ruidos, sin sobresalir. Como todo buen comunicador, tiene claro que nuestra misión no es querer ser estrellas ni protagonistas, sino procurar realizar siempre un trabajo impecable.

– Prof. Rosa Guizado – Directora/Escuela de Comunicación Social

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