Un nuevo día ha llegado y estás relajado tomándote un café, mientras tanto observas el noticiero matutino, en uno de los canales locales de televisión. Quizás no te has percatado conscientemente, sin embargo, un cúmulo de emociones surgen en ti conforme se desarrolla el noticiero. Los comerciales te distraen momentáneamente del quehacer nacional, pero te llevan a pensar en aquello que quieres hacer, comprar, visitar o continuar una vez volvamos a la rutina.
Luego te desplazas al trabajo en el metro y aprovechas el tiempo revisando diferentes materiales en las redes. Las vallas publicitarias, con su tamaño, colorido y mensajes, llaman tu atención y te conducen, junto con los comerciales, a reflexionar en aquello que te resulta novedoso y quisieras experimentar. Una nueva marca de un equipo tecnológico, una nueva bebida, el último modelo de auto, una promoción de paseo, entre otras… Y así pasa la primera fase de la mañana antes de iniciar tus labores.
El profesional de comunicación social, en su formación académica, adquiere una serie de información que aplica con perspicacia en el ejercicio de su labor. Parte de ese bagaje proviene de una disciplina que tiene 150 años de existencia como ciencia. Esta es la Psicología. Ambas especialidades coinciden en el hecho central de que su punto de acción es el ser humano.
Partiendo de lo anterior revisemos como se conjuga esto en la experiencia de la persona que introduce nuestro escrito. El sujeto en mención de forma voluntaria y consciente decide mantenerse en contacto con su entorno por medio de la información, que obtiene del noticiario matutino, el cual es suministrado por un conglomerado de personas que representan alguna de las especialidades de la comunicación social a saber, periodismo, audiovisual, publicidad, relaciones públicas y el área digital. Y sin saberlo, también reacciona a estímulos inconscientes que pueden ser inducidos con recursos provenientes de la esfera psicológica por los diversos canales de difusión.
Los profesionales de la comunicación despliegan en su haber los recursos aprendidos en su área de acción, no obstante, han de considerar la manera de adentrarse en el pensamiento del público. En tal sentido, quienes redacten las notas periodísticas tomarán en cuenta la necesidad de ser asertivos en el contenido, claridad, longitud y veracidad del mensaje que redacten. Sus escritos han de evitar el uso de generalizaciones, abstracciones, prejuicios, discriminaciones y estereotipos que alguna vez les fueron señalados desde la perspectiva psicológica, pues deterioran el propósito de su labor.
El jefe de asignaciones analiza el equipo de editores, reporteros, fotógrafos y camarógrafos que cubre y/o redacta cada noticia, según sus habilidades y destrezas. Es vital que se dé una adecuada comunicación entre los miembros de tales equipos para asegurarse que cumplan con el objetivo asignado.
Quien se presente ante las cámaras o redacte noticias debe mostrar empatía, autocontrol y mesura al compartir los mensajes, pues cargan sobre sus hombros una poderosa influencia en el efecto que sus palabras y lenguaje gestual provocará en la audiencia.
La empatía, antes mencionada, es un valor imprescindible en el ejercicio de la comunicación social. Sin importar su especialidad, es prioritario el ser empático al tomar decisiones en su quehacer por respeto y consideración a los demás. Hay eventos que impactan emocionalmente al ser humano y debe respetarse a quien los experimente.
Recientemente tuvo lugar un conversatorio entre una periodista panameña con mi grupo de alumnos de Psicología de la Comunicación de primer año. Durante la actividad ella fue muy enfática en este aspecto. Inclusive ilustró, con vivencias de su experticia, el porqué de su planteamiento. Por ejemplo, les relató que, en una ocasión, tuvo que cubrir las honras fúnebres de un personaje muy reconocido, en el ámbito de la política, y le tocó esperar a que el oficio concluyera para acercársele a un familiar y preguntar si tenía la disposición anímica de contestarle unas preguntas, en vez de imponerle la entrevista sin considerar el dolor que estaba atravesando.
En cuanto a la aportación de la Psicología en otras áreas de la Comunicación Social, podemos analizar algunos aspectos conceptuales. La creación de pautas y campañas publicitarias requiere tomar en cuenta muchos elementos que corresponden al plano psicológico. Incidir en el proceso de toma de decisiones del consumidor para evaluar lo que compran o necesitan, así como lo que quieren de un producto, servicio o marca, puede ser orientado utilizando el marco conceptual generado por la Psicología al establecer los perfiles del consumidor en relación con lo que se oferta.
Existen factores conductuales, cognitivos y personales que provocan una conducta de consumo acorde al sexo, edad, cultura, educación y nivel socioeconómico. Por lo tanto, en la medida que el personal de audiovisual y los publicistas incorporen dichos factores en sus proyectos, alcanzarán sus metas con mayor precisión.
Los procesos mentales que rigen el proceder de hombres y mujeres han de ser materia de estudio para los comunicadores sociales, pues a través de la percepción se puede atraer la atención, evitar la distorsión y promover la retención de aquello que le interesa. Es responsabilidad de este profesional evitar usar atajos en la manera de juzgar a los demás porque esta acción iría en detrimento de su actuación.
Las creencias y actitudes son dos factores que, por regla general, son difíciles de cambiar y, sin embargo, tendrán gran relevancia en el comportamiento de individuos y masas. En tal sentido, la forma como se maneje todo aquello concerniente a estos factores ha de ser meditado en profundidad para evitar conflictos en la interacción humana.
La motivación que dinamiza al ser humano es otra de las fuentes que han sido objeto de estudio en la Psicología. En la medida que el comunicador utilice estrategias atinadas y basadas en estudios psicológicos es muy probable que alcance lo que se proponga.
Algo más que resulta pertinente valorar en esta aplicación de recursos psicológicos en la comunicación lo constituye la implementación de aquellos elementos señalados para afrontar
diversas situaciones que van desde las acciones para evitar y combatir información falsa, que es uno de los grandes retos de los comunicadores sociales en nuestros tiempos; hasta asumir con valentía y compromiso eventos en los que se pone en riesgo su integridad física, psíquica, emocional y social. Por último, el fomento de acciones de carácter prosocial es algo característico del comunicador social y lo vemos reflejado en las acciones que desarrollan toda vez que se requiera conjugar esfuerzos por una causa que lo amerite, por el bien de una persona o de un conglomerado.
Como hemos podido analizar, la comunión existente entre las disciplinas que hoy nos atañen resulta favorable para el desarrollo de metas del comunicador social, procurando el beneficio del ser humano, que al final de cuentas es lo importante. Este fin se le facilita al comunicador por el uso racional de los aportes generados por la ciencia de la conducta y los procesos mentales.
Por Nahir Cantoral – Psicóloga y docente – USMA
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