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Una idea es la representación mental de algo que surge de la experiencia en distintos casos. Es así como en Bettis Tarazi, arquitectos (BT) impulsa una idea: un programa de responsabilidad social dirigido a despertar la creatividad a temprana edad. Esta idea tiene como motor el concepto del diseño a través del juego y se basa en su filosofía empresarial de poner alma y corazón en mejorar la calidad de vida del usuario final de sus proyectos.

Luego de veinte años de ejercicio profesional llegan al 2019, hacen una pausa y miran en retrospectiva y trazan una línea hacia el futuro, reaccionando a esa responsabilidad técnica y social que caracteriza a los arquitectos. Con la intención de despertar desde la infancia, el interés hacia la creatividad, preparan ‘Diseñadores del futuro’ como un programa que busca contribuir al desarrollo integral de los niños y jóvenes a través de la arquitectura, el diseño y la ingeniería. Conscientes de que el futuro de la sociedad está en los jóvenes, dirigen sus esfuerzos en ofrecerles la oportunidad de adentrarse en el mundo de la creatividad desde sus primeros años. Este equipo de arquitectos se adentró en la mente de un joven y descubren que las preguntas siguen siendo las mismas: ¿Hacia dónde vamos? ¿Qué es lo que queremos hacer? De esta manera tratan de responder cuáles son las cosas que los mueven, qué quieren dejar para cuando ya no estén. Esta reflexión los determina a buscar una solución que evite que se abandonen sueños y metas, ofreciendo oportunidades creativas que, a diferencia de lo que muchos piensan, están al alcance de todos.

Estos arquitectos, motivan a los jóvenes que mañana forjarán el desarrollo de nuestra sociedad, una nueva sociedad, a que tengan una carrera; les permiten conocer de primera mano las actividades que realizan, principalmente, los arquitectos. El programa se desarrolló en cuatro meses, partiendo desde una planificación exhaustiva hasta que culminó en la programación de cuatro talleres relacionados con las actividades que realizan los profesionales de la arquitectura, el diseño y la ingeniería. Cada taller duró aproximadamente dos horas y fueron documentados en imagen, audio y vídeo. Los temas abarcados en los talleres fueron estos:

  1. Diseñando tu escuela. Se realizó en la oficina de BT. Participaron quince niños de entre siete y diez años. Se trató la formación de conceptos espaciales, definición de programa de diseño y comprensión del contexto. Los niños dibujaron un plano arquitectónico, resolviendo la ubicación de cada uno de los espacios que la conforman y la relación entre estos espacios, logrando lo que llamaron su escuela ideal.
  2. Mi diseño urbano. ciudad, edificios, trama urbana, cruce peatonal y parques. Con materiales reciclados, los niños, construyeron una maqueta urbana ubicando los edificios, árboles y demás componentes luego de analizar y reflexionar sobre cómo deber ser la ciudad ideal.
  3. Del papel a la obra. Los niños tuvieron la oportunidad de visitar una obra construida. Tomando todas las medidas de seguridad en la visita, los niños de diez a trece años llegaron muy emocionados, recibieron una copia del plano del lugar, aprendieron qué es una estructura y cómo se sostienen los edificios. Conocieron la interconexión de espacios y medios de desplazamiento vertical. Escucharon y experimentaron los diferentes estados de uno de los principales materiales en la construcción: el concreto.
  4. Misión cumplida. En este taller se planteó el desarrollo de la capacidad de observación. Los niños aprendieron cómo se dibuja una perspectiva, cómo se escogen los materiales de construcción, amoblaron, seleccionaron texturas y más. Elaboraron origamis.

Cada niño recibió un reconocimiento por su participación en cada taller; los arquitectos, por su parte, evaluaron los logros alcanzados y las oportunidades de mejoras que se pueden realizar. Los organizadores del proyecto escucharon de maestros, administradores y niños que, de no ser por los talleres, nunca se hubieran imaginado poder conocer los conceptos de la arquitectura. A tal punto que al final, casi todos los niños participantes del taller terminaban diciendo: ‘Yo quiero ser arquitecto’. Talleres como estos permiten confirmar que a través del juego es posible educar, inspirar y despertar curiosidad; que a veces solo hace falta una oportunidad para que los jóvenes, desde muy temprana edad, experimenten la creatividad.

Esa experiencia de los talleres combinada con la crisis de la COVID-19, dieron pie a una nueva idea! Hacer un libro de actividades enfocado a despertar y desarrollar la creatividad a temprana edad. Nace DIDÁCTICA. Los arquitectos consideran que todos somos creativos de una u otra manera, el impulso de su desarrollo depende del entorno en el cual se vive, es decir, lo que uno observa y lo que se hace. Con una perspectiva de que la formación de diseñadores del futuro debe iniciar a temprana edad y no desde los 15 años, se lanzan a esta titánica tarea de hacer un libro, dirigido a niños y a adultos, en medio de la crisis. Un libro que permite aprender a través del juego; que invita a explorar, vivir y disfrutar la creatividad en familia; que involucra a 40 arquitectos, paisajistas, diseñadores gráficos, educadores y artistas locales que trabajaron a distancia para lograr el resultado final: un libro excepcional!

Colaboración versus competencia, clave del éxito en el desarrollo de este libro que fue realizado en 30 días. Una vez más se demuestra que si se quiere se puede! Felicito a todos los colegas, artistas e involucrados en este proyecto, en especial a sus creadores y promotores. David y Teófilo: No paren, el mundo necesita de más iniciativas como esta.

Cierro este artículo invitando a todos los lectores a descargar el libro DIDÁCTICA en el siguiente vínculo: El diseño a través del juego

Prof. Miguel Ángel Barrera – Docente de la USMA

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión de esta Universidad.

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