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Hace una década, autoridades marítimas abordaron un velero en mitad del Pacífico. Su tripulante, un viejo lobo de mar, llevaba cuatro meses muerto frente al timón de su nave. La fecha se determinó a partir del calendario colocado frente al panel de instrumentos, donde aparecía marcado, con un círculo rojo, cada día de navegación transcurrido. La última marca se tomó como la del deceso.

El año 2020 permanecerá marcado en la conciencia de esta generación, junto a la que bogamos todos en el mar de la existencia, como un año crucial. Queda por decidir lo que significa esa marca. Por más de un siglo, el afán de las potencias por crear y poseer las armas más letales llevó al mundo a una demencial carrera armamentista. Las naciones “más poderosas” pujaron por tener en su arsenal bombas con nombres tan sonoros como su propia explosión, con el fin de convencer al “enemigo” de que sería aniquilado ante la menor provocación.

Al final, el enemigo invocado apareció, pero en lugar de borrarlo del mapa con “la madre de todas las bombas”, los imperios corrieron a guardar sus contenedores de gas letal para hacerle espacio a bidones repletos del único suero capaz de contener al adversario: gel alcoholado. Y en lugar de cascos de aleaciones impenetrables, soldados y pobladores se cubrieron con la ligera gasa de una mascarilla, y en vez de leer fotos satelitales del terreno enemigo, tuvimos que aprender a leer gráficas estadísticas.

El año de la pandemia, del desplome global, está marcado en los calendarios de todos. El significado de esa marca es cosa de cada uno. Para la USMA, mayo de 2020 es la fecha de su aniversario 55. El 27 de mayo de 1965, bajo la égida de Benjamín Ayechu y de un puñado de visionarios, abrió sus puertas la primera universidad particular de la República, amparada en el santo nombre de María, madre universal y benevolente.

Panamá soñaba entonces con un futuro de desarrollo y crecimiento que vino y que imprimió retos que debieron afrontarse más que todo con fe, y que se superaron, uno a la vez. Así, hasta hoy.

En este año de la pandemia, “algo” invisible ha puesto de rodillas a ejércitos y economías del mundo (ni siquiera hay acuerdo en considerar al enemigo como un ser vivo). También algo en nosotros se ha doblado bajo el peso del empuje letal. La USMA sintió el fuerte golpe. En nuestra bitácora, a 2020 lo marca un círculo rojo; solo que aún debemos poner el significado.

Aquí se cerraron puertas, como parte de las medidas inmediatas ante el avance de la enfermedad, pero al día siguiente se abrieron ventanas de compromiso, solidaridad y acción. Y entró luz a raudales.

Aún dolidos por el golpe, y en la fecha de nuestro aniversario, pongo abajo del círculo rojo: “El año en que más aprendimos”. Lo hago con la fe de que así ser.

Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad del autor y no representan la opinión de esta Universidad.

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