En ésta apretada síntesis expondremos trazos generales importantes de la celebración  del Corpus Christi o cuerpo de Cristo o cuerpo y sangre del señor o corpus dominus o santa hostia, santa comunión, o presencia real de Cristo en la eucaristía. Esta es una de las fiestas religiosas que ha sufrido una metamorfosis muy interesante, desde su  celebración en España,  hasta su arribo al continente americano.

Todo comenzó en Bélgica. Históricamente, es una celebración que inició en el medioevo con la religiosa Juliana de Cornillo. Para honorar al cuerpo y sangre de Cristo, reafirmando la creencia transubstanciación. Elevando el nivel de fe en la presencia de Cristo en la misa.

La fiesta litúrgica del Corpus Christi la institucionalizó el Papa Urbano IV en septiembre de 1264 (Bula Transiturus hoc mundo) y tocó a Santo Tomás de Aquino elaborar el respectivo ritual u oficio. Sin embargo, es el concilio de Venne de 1311, dirigido por el Papa Clemente V quien normalizó el cortejo procesional. Con el Papa Nicolás V, en 1447, salió, la Santa Hostia, en procesión en una custodia, por vez primera, por las calle de Roma. Quedó instituido establecido el triple jueves más importante del catolicismo: Jueves Santos, Jueves de Corpus Christi y Jueves de ascensión.

Cuando llegaron los españoles al continente americano arribó con ellos la fe y los evangelizadores. Entra el catolicismo en escena para nunca más irse y para fusionarse con las costumbres y tradiciones profanas que definieron la personalidad a muchas fiestas religiosas en la América hispana hasta convertirse en una exótica fusión de lo sagrado y lo profano. En definitiva, la celebración del Corpus Christi llegó al Istmo por el Caribe para asentarse en el Pacífico y del Pacífico de Panamá, hacia lo que es hoy nuestro interior. Todo Panamá celebra el Corpus Christi, pero nadie como los pariteños, los chitreanos y los Santeños. Definitivamente: nadie.

¿En qué momento se inicia la fusión de la tradición evangelizadora con las costumbres populares? Debe estar por el siglo XVII o XVIII.

En conversaciones con Doña Dora de Zarate, comentaba sobre éste auto sacramental. También sobre las danzas asociadas a la celebración del Corpus Christi, dentro del folklore religioso. Era todo un sistema de avivamiento de costumbres y tradiciones populares. Permitió al pueblo conocer aspectos de la historia española en el proceso de conquista, a través de la Danza de la Montezuma y un modo visual de contemplar la lucha entre las fuerzas del mal y las fuerzas de Dios.

El auto sacramental se inicia 60 días después del domingo de resurrección. El sábado previo, a mediodía, salen los diablos encuetados. El domingo, después de la misa de santísima trinidad, el diablo mayor cuartea el sol. El día de Corpus, al sonar la primera campada, las diversas danzas se aproximan al frente de la iglesia.

A la tercera campanada, se entra en un orden que lleva el siguiente orden: entra el clero, la montezuma española, el gran diablo, el torito, el gallote, quenecué y los diablos sucios, al momento de salir se emplea el mismo orden en que se entró y se inicia la procesión. Recientemente se incorporó la montezuma cabezona y alfombras de flores al paso del cortejo. El jueves siguiente se celebra la Octava de Corpus; el viernes, el Corazón de Jesús; el Sábado; el Corazón de María y el, domingo, danzan las mujeres.

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